PARA QUE TODOS SEAN UNO
"Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también
ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado" (Juan 17:21-23).
Estas Palabras son sólo un extracto de la oración que Jesucristo dirigió al Padre por la unidad de los cristianos en la víspera de su crucifixión. Todo este capítulo nos revela lo que hay en el corazón de Dios, del profundo amor y cuidado que el Señor tiene por los suyos, y de su ferviente deseo de ver a los cristianos unidos en amor, bajo un mismo estandarte y combatiendo por la misma causa. En este trozo de Escritura Dios nos revela los requisitos que esta unidad contempla; es decir, el nos enseña el tipo de unidad que desea ver entre sus discípulos, el criterio o norma para lograr esta unidad, el propósito de ella, y el medio donde debe llevarse a cabo.
1. EL PROPOSITO
Para que Crean
Cristo ruega al Padre por la unidad de su pueblo con el propósito que el mundo crea y conozca que Dios le envío a esta tierra, porque sólo a través de Cristo hay esperanza de vida eterna: "En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hechos 4:12). Y es por esto que la unidad del pueblo de Dios es un asunto que debe estar encabezando la lista de las prioridades evangélicas. El poder evangelístico está en directa proporción con el grado de unidad que exista en el pueblo de Dios, y esto deja de manifiesto la gravedad y la urgencia del problema, porque mientras más tiempo nos tomemos en materializar esta unidad, más vidas humanas pasarán el umbral de la muerte sin Cristo. Y todo cristiano verdadero sabe lo que eso significa; por lo tanto, es apremiante que avancemos en esta urgente necesidad por el bienestar de la humanidad.
La unidad del pueblo de Dios es la única estrategia efectiva para ganarle definitivamente la guerra a Satanás. Esta es la solución de Dios para la incredulidad del mundo, pero esta unidad, para ser efectiva, debe obedecer los parámetros establecidos por Cristo.
2. EL CRITERIO:
La Palabra De Dios
La unidad que el Señor espera de los cristianos está condicionada a cierto criterio, y en la misma oración encontramos este criterio. Este criterio o norma para la unidad es la verdad: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17). La verdad es el criterio para llevar a cabo esta unidad, y ¿Qué es la verdad? Su Palabra es verdad. La unidad de los cristianos, de acuerdo con la voluntad de Dios, debe llevarse a cabo en torno a la infalible Palabra de Dios.
La expresión: “Santifícalos en tu verdad”; es lo mismo que decir, sepáralos, apártalos, o distínguelos en tu verdad. Cristo espera que los suyos se distingan por su verdad; en otras palabras, que sean reconocibles a través de esta verdad. El vivir en la verdad es lo que hace la diferencia, y es lo que el mundo necesita ver para que pueda creer en Cristo, y todos aquellos que invocan el Nombre de Cristo deben seriamente considerar esta oración como un mandamiento no como una opción.
La Palabra de Dios es la autoridad final en materia de fe y práctica y todo debería ser medido bajo esta autoridad universal que es confiable para todos, pues es imperecedera en principios, impecable en justicia, e inmutable en verdad. La Biblia es el único criterio objetivo y válido para todos los hombres en todo tiempo, pues Dios confirmó su Palabra con poderosas señales y prodigios, poniendo su firma en ella para que nadie dudara de la autenticidad y autoridad de su Palabra.
3. EL TIPO DE UNIDAD:
Bíblica
¿Qué clase de unidad es la que Dios espera de los suyos? Voy a responder esta pregunta negativamente; es decir, la clase de unidad que Cristo "no" desea. Cristo no oró por una unidad mística o espiritual en una iglesia universal invisible, sino que Él oró por una unidad visible y observable al mundo en el contexto de la iglesia local: "…para que el mundo conozca que tú me enviaste" (vers.23). Por lo tanto, la unidad que Dios desea ver entre los cristianos debe ser en praxis para que el mundo la pueda ver y así pueda creer al mensaje del evangelio. Cristo habla de una "perfecta unidad" tal como la que existe en el seno de la Trinidad.
En otro pasaje, del mismo evangelio, Cristo dice: "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros" (Juan 13:35). Cristo espera que el mundo conozca o sepa que somos de Él, y Él del Padre a través del testimonio unificado de los que profesan su Nombre. La gente nunca responderá masivamente al llamado del evangelio, si los cristianos primero no se unen. Por lo tanto, la unidad de la fe es una cuestión fundamental para que el propósito de esta oración tenga fiel cumplimiento.
Ahora bien, el apóstol Pablo nos expande la idea de unidad en su primera epístola a los Corintios, diciendo: "Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer" (1Corintios 1:10). Esta definición llena completamente los requisitos de la unidad que Cristo exige de los cristianos en su oración intercesora, y esta unidad, por lo que podemos ver en este versículo, exige uniformidad de doctrina, ausencia de discordia, y unanimidad de pensamiento. Estas son las condiciones que debe cumplir la unidad del pueblo de Dios en esta tierra para que el mundo pueda conocer y creer en el evangelio de Cristo.
4. EL MEDIO:
La Iglesia
Aunque Cristo no menciona la expresión iglesia o cuerpo en su oración, sí lo hace el apóstol Pablo en la mayoría de sus epístolas, y qué son las enseñanzas de Pablo, sino una extensión de la mente de Cristo. A través de Pablo, Cristo revela que es en el contexto de la iglesia donde este tipo de unidad debe llevarse a cabo, y no sólo en las relaciones internas de la iglesia, sino en la interrelación que debe existir entre todas las iglesia del mismo tipo, para que el testimonio sea sólido y macizo con un alto grado de credibilidad ante el mundo.
Pablo adopta la analogía de cuerpo de Cristo en sus epístolas para aplicarlo a la iglesia, por la sencilla razón de que sólo un cuerpo "humano" puede mostrar la unidad, cohesividad, y funcionalidad que debe existir en la iglesia, y cuando el mundo nos vea a todos los cristianos unidos en la verdad, lidiando las batallas de Dios bajo un solo estandarte, con un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un Dios y Padre de todos (Efesios 4:5), sólo entonces nuestro mensaje será escuchado.
5. LA METODOLOGIA DE LA UNIDAD:
Dialogo basado en la Verdad
Cristo no sólo llama a la unidad, mostrándonos el propósito, el criterio, el tipo, y el medio para la unidad, sino que también nos muestra la metodología para llevarla a cabo. En Los Hechos de Los Apóstoles capítulo 15, vemos como interactúan dos iglesias (la iglesia de Jerusalén y la iglesia de Antioquía) para resolver asuntos que estaban afectando la unidad de la fe y que perturbaba a los cristianos del primer siglo. Los judaizantes estaban enseñando que si los gentiles convertidos no se circuncidaban de acuerdo al rito de Moisés no eran salvos; y esta enseñanza causó tal revuelo en la iglesia de Antioquia que se hizo necesario llevar el asunto a la iglesia madre en Jerusalén. Una vez que todos estuvieron reunidos discutieron larga y acaloradamente el asunto hasta clarificar y solucionar el problema. Luego notificaron por carta a la iglesia en Antioquía de los acuerdos alcanzados y ellos se regocijaron y alegraron grandemente por la resolución: "Habiendo leído la cual, se regocijaron por la consolación". (vers. 31). Ahora bien, este pasaje es una pauta que Dios nos da para poder resolver cuestiones eclesiásticas, es así como debemos operar en la iglesia local y entre iglesias. Aquí podemos ver que fue la Palabra de Dios lo que los llevó a acuerdos que satisficieron al Espíritu Santo y a los hermanos (véase vers. 28). Jacobo utiliza un pasaje de la Escritura para poner en la perspectiva correcta el problema (vers.16-18), ejemplificándonos que es la Palabra de Dios la autoridad final para resolver cuestiones de esta naturaleza. Esto es un clara enseñanza de cómo debemos conducirnos en los negocios del reino de Dios. La Palabra debe ser el criterio para la unidad entre los cristianos, pues así solucionaremos de raíz los problemas, glorificaremos a Dios, y lograremos la unidad de la fe que es un ingrediente esencial para un evangelismo poderoso.
6. ¿UNA ORACION PROFETICA O UN SUEÑO UTOPICO?
¿Es esta oración el sueño utópico e idealista de un maestro bueno o es una oración profética del Hijo de Dios a la que Dios el Padre dará algún día respuesta?
En otro lugar de la Escritura , Cristo dice: “Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes” (Juan 11:41-42).
La fidelidad, la inmutabilidad, y la integridad del carácter de Dios están comprometidas en esta oración y su eventual cumplimiento. Sin duda, Dios dará respuesta a la oración de su Hijo, y los creyentes deben orientar sus esfuerzos a estos objetivos que traerán poder evangelístico y consumará la unidad de la fe.
El creyente debe agotar todo esfuerzo para ver los deseos de su Señor cumplidos, especialmente cuando comprende los beneficios de la unidad cristiana. Pablo dijo que los ministerios de la iglesia tenían dos objetivos: 1) perfeccionar a los santos y 2) llegar a la unidad cristiana: “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe…” (Efesios 4:12,13). Por lo tanto, la unidad de la fe debe estar en la agenda de todo cristiano. La carrera cristiana es mucho más que avocarse a la pura edificación personal o aislarse personal o denominacionalmente, porque el Señor tiene magnánimos planes para concluir la historia de este planeta. Llegó la hora de empezar a generar instancias para el diálogo, personal y denominacionalmente, para llegar a acuerdos que honren el Nombre de Dios, porque la desunidad cristiana es el mayor obstáculo para la salvación del mundo.
Héctor Hernández Osses
Pastor Bautista
Temuco – Chile
hectorihernandez@hotmail.com