LO QUE CREEMOS
Acerca de:
LA BIBLIA
DIOS
LA CREACION
LA CAIDA DEL HOMBRE
LA REDENCION
LA IGLESIA
LA BIBLIA
La Biblia es la Palabra de Dios, escrita por hombres inspirados por el Espíritu Santo (2Ti.3:16; 2P. 1:19-21; 2S. 23:2), cuyo mensaje es inerrante e infalible (Jn.10:35; 17:17) y que perdurará hasta el fin del mundo (Mt. 5:18). Por lo tanto, es el estándar supremo y universal por medio del cual la iglesia se debe regir y donde debemos examinar nuestras creencias, conductas, y opiniones.
DIOS
Hay un solo Dios verdadero (Dt.6:4), espiritual, infinito, perfecto, creador, y supremo regente de todo el universo físico y espiritual (Gn.1:1; Job 9:6-10; Sal.83:18). Indescriptiblemente glorioso en santidad y merecedor de todo honor, confianza, y amor (Mr.12:30; Ap. 4:8,11). Un solo Dios en tres personas: El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo (2Co.13:14). Iguales en todas sus perfecciones y atributos, pero ejecutando armónicamente roles distintos en la colosal obra de la redención del hombre.
LA CREACION
La creación del universo físico se realizó como el libro de Génesis literalmente lo relata. El fiat de la creación se llevó a cabo en seis días de 24 horas cada uno [día y noche] (Gn.1:5,8,13,19,23,31; 2:2; Éx.20:11). El hombre fue creado a imagen de Dios (Gn.1:26,27), y ni la vida animal ni la vida vegetal fue producto de la evolución o cambios evolutivos en las especies, ni se desarrollaron en largos periodos de tiempo de formas inferiores de vida a formas superiores. Toda vida es creación directa de Dios consistente en numerosos originales "especies", cada uno de ellos reproduciéndose según su género (Gn.1:11,12,21,24,25), y que estos hechos son sostenidos por la ciencia y la Biblia, y que no hay conflicto entre la obra de creación de Dios como la vemos y lo que la Biblia dice acerca de ella (Ro.1:19,20; He.11:1-3).
LA CAIDA DEL HOMBRE
El hombre fue creado en inocencia y subordinado a su Creador, pero este voluntariamente transgredió el mandato de Dios, prefiriendo obedecer a Satanás (Gn.3), en consecuencia todos fueron constituidos pecadores (Ro. 3:9-19; 5:12,19; Gál. 3:22) no por compulsión, sino por elección (Jn. 3:19; Ro.1:21,28); por lo tanto, el hombre está bajo justa condenación, y sin excusa (Ro.1:20,28)
LA REDENCION
Una vez que el hombre cayó, Dios, en Su amor, comenzó a llevar a efecto Su plan de redención planeado desde antes que el mundo fuese (Ro.8:29,30; Ef.1:4,5; Ap.13:8).
El Sacrificio por los Pecados
La obra esencial en la redención fue que Dios mismo se hizo carne en la persona de Jesucristo (Lc.1:31-35; 1Ti.3:16) para morir en expiación por el pecado de la humanidad (Jn.12:27, Mr.10:45; 1Ti.1:15). Y así poder perdonar al pecador, y seguir permaneciendo justo, vindicando Su Santa naturaleza (Ro.3:26).
Salvación por Gracia
La salvación es totalmente por gracia por medio de la fe en la sangre de Jesucristo que nos limpia de todo pecado (Ef.2:8-10; Ro.3:24-26; 4:4-8,16); y no por obras de justicia que nosotros hubieramos hecho (Tito 3:5).
Arrepentimiento y fe
El arrepentimiento y fe son una solemne obligación y responsabilidad del hombre, son gracias inseparables traídas por el poder del evangelio y la influencia del Espíritu Santo a nuestro corazón. Dios demanda a todos que se arrepientan para producir una santa reconciliación entre Él y el hombre (Is.55:6,7; Mr.1:15; Lc.13:3; Jn.3:18).
Regeneración o Nuevo Nacimiento
Sobre la base de arrepentimiento y fe, Dios, inmediatamente, actua por medio del Espíritu Santo para gestar instantáneamente una nueva creación espiritual en Cristo, una nueva criatura nacida de Dios (2Co.5:17; Jn.3:3-5; 1Jn.5:1).
La Seguridad del Creyente
La regeneración es un acto sobrenatural donde Dios imparte vida eterna al creyente, y así no vendrá a condenación (Jn.5:24); el creyente es sellado por el Espíritu Santo hasta el día de la redención (Ef.1:13,14); y es guardado por el poder de Dios por medio de la fe para eterna salvación (2Ti.1:12; Jn.6:39,40), y todo creyente verdadero permanecerá en la fe de Cristo (Jn.10:27,28; 1Jn.5:4; He.10:39; 1Jn.2:19).
LA IGLESIA
La iglesia de Cristo es una institución local y visible, compuesta de creyentes bíblicamente bautizados por inmersión; que perseveran en la doctrina de los apóstoles y que obedecen las ordenanzas como lo ejemplifica Cristo en el Nuevo Testamento (Hch.2:41,42; 1Co.11:23). La iglesia fue fundada por Cristo para propagar el mensaje de redención al mundo entero, para enseñar todas las cosas que nos ha mandado (Mt.16:18; 28:19,20; Hch.1:8), para custodiar los asuntos del reino de Dios aquí en la tierra (Mt.16:19; 18:17,18; Lc.12:32), y para ser columna y baluarte de la verdad (1Ti.3:15) hasta el fin del mundo. La iglesia es un cuerpo democrático, autónomo, que responde únicamente a Cristo, cabeza de la iglesia de acuerdo con Su voluntad revelada en la Biblia. Ninguna otra institución tiene autoridad bíblica para llevar a cabo la Gran Comisión si esta no llena los requisitos que Cristo exige a Sus iglesias como se muestra en el Nuevo Testamento. Por lo tanto, cada persona tiene la solemne obligación de identificar una iglesia bíblica y unirse a ella, para servir a Dios. La institución de la iglesia se ha perpetuado visiblemente en una ordenada sucesión de iglesias locales bajo diferentes nombres a través de los siglos, fiel al patrón del Nuevo Testamento con el propósito de representar apropiadamente Su nombre a todas las generaciones hasta Su segunda venida.
El Bautismo
El bautismo es por inmersión y sólo aplicable a creyentes (Mt.3:5,6; Mr.1:9,10; Hch.8:36-39) en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Mt.28:19) por un administrador autorizado por la iglesia, como un emblema de nuestra fe en aquel que fue crucificado, sepultado, y resucitado al tercer día, como un símbolo de nuestra muerte al pecado y resurrección a una vida nueva por el poder de Dios (Ro.6:3-5; Col.2:12). El bautismo nos da entrada a la iglesia y a los privilegios de la comunidad del pacto (Hch.2:41), y es una respuesta voluntaria de una buena conciencia hacia Dios (1P.3:21); el bautismo no tiene virtudes salvíficas.
La Cena del Señor
La Cena del Señor consiste en pan sin levadura y el fruto de la vid, los cuales son símbolos del cuerpo partido del Señor y de Su sangre derramada (Mt.26:26-31; Mr.14:22-25; Lc.22:19-20); esta ordenanza fue entregada y confiada a la iglesia (1Co.11:23) para ser administrada a los miembros en comunión (1Co.5:1-13) quienes se han auto-examinado de pecados cometidos (1Co.11:28,31). Esta ordenanza es un testimonio de la común fe y comunión de la iglesia (1Co.10:16,17); y es un recuerdo perpetuo de la muerte del Señor hasta que vuelva (1Co.11:25,26).
Misión Bautista La Verdad